"La poesía es como el viento, o como el fuego, o como el mar.
Hace vibrar árboles, ropas, abrasa espigas, hojas secas,
acuna en su oleaje los objetos que duermen en la playa..."

José Hierro

domingo, 13 de mayo de 2012

Antonio Machado

¿Cómo reflejar una figura como la de Antonio Machado en cuatro líneas? Tarea harto difícil, si no imposible. Es por ello que, de momento, nos quedaremos únicamente con tres documentos: este vídeo sobre su vida, la fotografía de su boda con Leonor y este poema-homenaje de Julio Llamazares, incluido en su libro Versos y ortigas, de 2009

EN SORIA

Desde tu soledad lejana de Colliure,
llega hasta mí tu voz prostituida
por aquellos que quisieron ver en ella
algo más que poesía.

Pienso en tus tardes de Soria. Vieja pasión.
Una taza de café. Y la soledad
creciéndote. Y tú. Y la tristeza.

¿Sabes, Antonio? He estado siguiendo
tus pasos por el hermoso paseo provinciano
peraltado por el río entre San Polo
y San Saturio.

Y he perseguido los versos que una
tarde escribiste volviendo bajo
las axilas pétreas de San Juan de Duero.

Y en la noche, cuando el reloj
de la Audiencia daba la una,
he recordado a Leonor como tú
tanto hiciste a esa hora.

¿Sabes, Antonio? Soria es aún tan
mística y guerrera, y tan hermosa,
como tú la contaste en tus libros.
Pero tu voz, como la de Leonor,
es ya sólo un sonido inaudible,
una queja que no escucha nadie.

Camino de Madrid, la tarde se hacía vieja
-tú sabes, Antonio,
como duele en el alma una tarde de Soria-.
Y escribí en mi cuaderno:
“Dios mío, qué solos están los poetas”.

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